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SanArte: cómo cuidar de tu salud mental y física.

Hoy hablo de un tema que me ha apasionado desde que escuché hablar del trípode de la felicidad: salud, amor y abundancia (ya sé que también se llama dinero, pero en mi mundo de hada suena más bonito abundancia, ¡y que no falte!).


Sana tu salud mental con las artes creativas

En mi primera juventud tengo que decir que sólo ansiaba el amor, el tema de la salud afortunadamente, e inconscientemente , lo consideraba un hecho, y el tema de la abundancia no me preocupaba.


Pero en esa etapa vital que llamaré segunda juventud, donde entra la consciencia en juego y suma la experiencia de los años vividos, empecé a valorar mucho mi salud. Todo empezó con la salud física, un dolor de garganta crónico que me permitió adentrarme en el mundo de las terapias alternativas para cuidar desde la raíz, la salud mental.

Deshojando poco a poco las capas del subconsciente hasta llegar a la causa del dolor, la causa de mi dolor, más adelante la causa de mis dolores... las emociones.


Creo que hoy en día está bastante más aceptado que hace 20 años, que la raíz de cualquier síntoma o enfermedad se ancla en la tierra de las emociones. Personalmente, llegar a ello me llevó por un camino sinuoso y muy enriquecedor de exploraciones para fuera y para dentro.

Pero no os voy a contar mi vida (tal vez en otro artículo) y os hago un resumen de mis descubrimientos.


  • La mente y el cuerpo están estrechamente unidos.

  • Hay que cuidar tanto del uno como del otro.

  • Las cosas externas que nos sanan: la naturaleza, el deporte, las relaciones humanas.

  • Las cosas internas que nos sanan: la consciencia, el arte, la espiritualidad.


Voy a desglosar algunos conceptos:


La espiritualidad: uso esta palabra en el sentido más amplio del termino. Para mi, la espiritualidad es la consciencia de la existencia de una esencia única de cada un@, que a la vez está conectada con todo ser vivo (o no...). Por poner una imagen metafórica, es esta chispa que está presente dentro de cada uno de nosotr@s y que la consciencia transforma en llama, o razón de ser. Mira para adentro y busca tu razón de ser, tu ilusión por vivir (y no vale decir: mis hijos o mi pareja, busca algo tuyo, sólo tuyo)


El equilibrio entre cuerpo y mente: es fundamental nutrir ambos, porque el cuidado no se suma, se multiplica, es una sinergia casi mágica. Cuidando del cuerpo liberamos partículas químicas que actúan directamente sobre nuestro estado anímico. Cuidando de la mente transmitimos mensajes beneficiosos a nuestro cuerpo. Estira, baila, vete al gimnasio, suelta este cuerpo y así soltarás también tu mente.


La naturaleza sana: que cultivemos un huerto o que demos un paseito en el monte, la naturaleza te sana porque te pone en tu sitio. Te hace sentir tan grande como el universo que tienes dentro de ti y tan insignificante como una hormiga. Esta combinación casi contradictoria de empoderamiento y humildad es única y una de las mayores lecciones de vida. Es lo que nos permite vivir plenamente las experiencias que más nos apetecen sin dar importancia al resultado, relativizando las consecuencias que podrían pararnos los pies. En resumen: vivir con ilusión y fluir con lo inesperado.


Las relaciones humanas: he tenido la suerte de vivir mi maternidad en una tribu (mi grupo de lactancia, la asociación de familias enlazadas de Valdezarza), y eso hizo que no me diera cuenta en seguida de la importancia de la tribu, porque no me hizo falta. Más adelante conocí a familias que no habían tenido la suerte de estar tan rodeadas y apoyadas y vi lo valioso que había sido y que sigue siendo mi tribu. Hemos crecido junt@s en esta etapa vital, escuchándonos, apoyándonos, como se hacía antes en los pueblos (bueno, una versión más hippie y alternativa de los pueblos), y en esta etapa donde rozas a menudo la locura, esta red te recuerda que no estás sol@ y que no estás loc@. Busca tu tribu


El arte: aquí quería llegar, y mucho más rápidamente así que probablemente este artículo tendrá una parte 2... Ayyy el arte, ya percibís que me voy a extender un poco más sobre el tema, ¿verdad?

Vale, os cuento un poco de mi vida: he nacido en el Líbano en tiempo de guerra. Tuve la inmensa suerte de ser hija de padres que tenían valores muy setenteros y que decidieron ir a construirse una casa en el campo. Y una madre que nos proporcionó un sinfín de materiales y conocimientos sobre las manualidades. Y así, mientras desde lo alto de la montaña veíamos caer bombas sobre Beirut, pintábamos con agua sobre el cemento de la terraza, hacíamos trenzas de flores, recortábamos copos de nieve o componíamos cuadros con legumbres. El arte fue mi vía de escape, me permitió crear un mundo maravilloso de hadas, flores y arcoíris mientras fuera sólo había horror y fuego. Me salvó y acompañó toda mi vida.


Cómo un hobby al principio, y poco a poco como el foco de mi razón de ser, vivirlo y compartirlo. Existe la creencia de que el arte es para los artistas, de la misma manera que la escritura es para los autores. Y creo que eso está debido al hecho de que nuestra sociedad valora el resultado. Pero el resultado es "un miroir aux alouettes", un espejismo. Primero porque el resultado es el punto final de un proceso a veces muy largo. Racionalmente no tiene sentido poner tanta energía en algo sólo para su fin.

El arte tiene mucho poder... para quienes se centran en el proceso. Una vez acabada, una obra ya no es tuya, ya no tiene más poder que otro objeto decorativo en tu casa. Si, estás orgullos@, es muy bonit@, pero ya ha dejado de aportarte.


Sin embargo, en el proceso es dónde el arte desata su poder, y en ese proceso cualquiera puede entrar. Y por dónde quiera: hay una infinidad de actividades creativas (artes manuales, música, escritura, artes corporales...).


Voy a intentar transmitir aquí todo lo que te puede aportar practicar un arte:


Es una vía de escape: en un cotidiano cada vez más complejo, ahogado por una logística imposible y una conciliación familiar y laboral inexistente, el arte es una burbuja de paz y de tranquilidad. Para escapar del ruido mental, para reencontrar tu centro, para volver a conectar y:


Recobrar energía: como el leñador que para un momento para afilar su sierra, la mujer/hombre modern@ tiene que cuidar su herramienta para seguir mejor adelante. Hoy en día, nuestra herramienta más potente es la mente (otro día os escribiré algo sobre el sistema educativo). Y la mente necesita descanso. Ya está demostrado que somos más eficiente si detenemos nuestra actividad regularmente que si trabajamos sin parar. El arte potencia este momento de descanso mental, en vez de ver una pelicula, afieltra (o pinta, o escribe...), para pasar de la autopista de los pensamientos al camino de la creatividad. Pruébalo y me cuentas (aquí en comentarios, por favor).


Es una conexión a tu mundo interior: te permite expresar de una manera muy tuya lo que está pasando dentro de tí. Es una puerta al subconsciente.


Aumenta tu creatividad: ¡Eh, si! el famoso circulo virtuoso en todo su esplendor, la creatividad nutre la creatividad. ¿Y, sabéis cuál es el summum de la creatividad? Os doy una pista: la creación. Os doy otra pista: no es un cuadro, es más bien una escultura, viva, nada inmóvil... ya lo habéis adivinado: un bebé.

¿Os habéis dado cuenta, mamás, de que después de dar a luz a una maravillosa criatura, se os han despertado estas ganas de crear más? Tejer, afieltrar, pintar, escribir...

Subíos a este Pegaso o unicornio y agarrad las riendas bien fuerte, aprovechad la ola como un surfista y mantened este rincón vuestro.

Porque os voy a contar una cosa que os va a sorprender: la creatividad no se limita al arte, se extiende a todas la áreas de tu vida, transforma la manera en que ves el mundo y tus problemas del cotidiano. Encontrarás soluciones creativas a situaciones que antes hubieran podido hundirte.

El arte amplía tu visión del mundo y relativiza las situaciones de tensión diaria.


Y aquí te dejo, hasta la próxima : crea, reza, ama. (mic drop)


Un abrazo y a crear.

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